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YO ERA EL CAMINO Y MARCHABA HACIA EL VIAJE

$ 60,000

Libro

Unas montañas que flotan en la niebla es la descripción metafórica que en algún momento el narrador concede al paisaje estático que envuelve al pueblo de Dagua, Valle del Cauca, donde transcurre esta novela de tinte histórico. Sus protagonistas cuentan las experiencias que deja el caminar por este lugar incógnito y congelado en el tiempo, abundante en fuentes hídricas que sacian la sed, apaciguan el calor y la monotonía del pueblo. La historia no oficial, la jerga del pasado ferroviario y las costumbres de repetición son los cimientos de una población que se levanta en medio de las montañas y los flagelos que los personajes pretenden dejar en el pasado, esperando el momento preciso para marchar a la ciudad en busca de un futuro. Es en esta espera, y en el transitar de pasajes ambiguos de su existencia, en que la comedia convive con la tristeza y la muerte le hace embestidas constantes a la vida; Samuel despide a algunos que parten hacia la eternidad, y a otros que, con maletas de temor, prefieren huir negando su pasado y cualquier arraigo a las calles que con incertidumbre algún día recorrieron. Los protagonistas muestran un panorama del municipio de Dagua de los años noventa, señalando los nombres de la mayoría de lugares que conforman el territorio y refiriendo de forma coloquial a sus habitantes de ficción que aún hoy observan la niebla deslizarse por las montañas, esperando ¿qué? La obra sumerge a sus protagonistas en una dualidad cuya incógnita se resume en si necesitan un camino para emprender un viaje o si finalmente son el camino marchando hacia ellos mismos.

Sandro Mauricio España Zúñiga

Psicólogo y escritor dagüeño

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