Libro
Voy gritando por las calles
que todos han muerto
pero si acaso me escucha un perro flaco
o la mirada de los que van diciendo adiós.
Voy gritando eso que arde en silencio
como si aún fuera la mujer que tuvo
la boca erizada por las peores palabras.
Voy escupiendo la vanidad perdida,
la nitidez de unos ojos dulces,
la urgencia por hallar al culpable
que más se nos parezca.