Libro
Profunda con respecto a sus temas: la impotencia frente a la injusticia, el miedo, la
familia, la política, las decisiones extremas
y el desarraigo. Tiene un gran ingrediente
que es una Buenos Aires moderna, bella,
iluminada parcialmente y con maestría. El
Eduardo Bechara que se pasea en estas
páginas es un tipo que se hace querer y
mucho, y nos deja un sabor a vulnerabilidad, característica tan propia de los humano.
Todo buen libro engloba múltiples interpretaciones, y El grito no es la excepción.
¿Hablamos de una autobiografía? Por supuesto. ¿De un libro de denuncia? Seguramente. Pero también de un drama, de
un trepidante policial con ajustadísimas
dosis de suspenso, del testimonio de un
padre de familia que, empujado por un psicópata al más bajo infierno, lucha por
rescatarse a sí mismo —y por sobre todas
las cosas a su esposa e hijas— de la muerte.
Los sótanos de la política, las laberínticas alcantarillas del mundo ju-dicial, y el
alma de un hombre atormentado serán el
escenario de esta novela que, en medio
de un marco oscuro y asfixiante, también
se da un espacio para la esperanza, la
entereza y la fe en una sociedad en la
que ya no pareciera haber espacio para
los justos.