Libro
El transcurrir de lo cotidiano es el propio
desierto. El desierto es la vida. Ese territorio
de la desolación que atenta contra la sanidad de la mente, encuentra una mutación, un vuelo, un cambio de viento. Y las
circunstancias se convierten en un jardín
lleno de aves, un amor que aparece, un
giro del destino que recuerda: nada es
enteramente bueno, nada enteramente
malo, la vida es así, desoladora por momentos, la pasión hecha vuelo profundo.
Soltamos a los lectores este desierto,
este aviario, este universo lleno de dunas y
de parques donde converge la vida. Que
sean ellos mismos quienes concluyan qué
aves habrán de hundirnos en el hades,
cuales nos mostrarán sus cielos, qué desiertos parpadean en los ojos de sus personajes, qué jardines habrán de florece